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10 hábitos fotográficos a corregir

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Como en cualquier actividad cotidiana, en fotografía somos propensos a adquirir una serie de hábitos negativos. Esos actos a menudo hacen que no le saquemos todo el partido que podríamos a nuestro equipo. En Photodoto han recopilado un decálogo de estos malos hábitos en fotografía que debemos evitar o corregir. Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.

1. No leer el manual de nuestra cámara

Cuando hacemos una inversión tan grande como una buena cámara fotográfica no tiene mucho sentido ponerse a usarla sin haberse leído el manual de instrucciones. Sin embargo, es algo que se hace con bastante frecuencia. Lo que nos apetece es empezar a hacer fotos y vamos adivinando y aprendiendo con la práctica. Eso lleva a que menudo desconozcamos algunas funciones de nuestro equipo o que no sepamos utilizarlas cuando llega el momento de hacerlo.

Hoy en día los fabricantes ponen a disposición de los usuarios el manual de las cámaras en formato PDF y todos llevamos un teléfono móvil en el bolsillo capaz de leer este tipo de archivos. Mi recomendación, además de leer el manual al adquirir la cámara, es llevarlo siempre en el teléfono. De esa forma podremos resolver cualquier duda puntual de forma rápida y cómoda.

2. Usar siempre el mismo objetivo

Por comodidad, es habitual acostumbrarnos a usar un objetivo concreto y emplearlo prácticamente para cualquier situación. Gran error. Es necesario conocer cuáles son los puntos fuertes y débiles de nuestras ópticas y usar cada una en la situación y circunstancias correctas. Sí, es mucho más cómodo ir sólo con un objetivo, pero así no le sacaremos todo el partido posible a nuestro equipo.

3. Olvidarse de la composición

La fotografía digital nos ha hecho a veces disparar sin pensar. Sin embargo, la composición de nuestras fotos es un factor clave. Una buena composición puede potenciar un motivo fotográfico y, del mismo modo, una mala composición puede estropear una foto con mucho potencial. Tenemos que aprender las reglas yrecomendaciones sobre composición fotográfica, interiorizarlas y aplicarlas en el momento necesario, casi sin pensar.

4. No hacer copias de nuestras fotos

Otro problema relacionado con la era digital es el de las copias seguridad. Antes, cuando revelábamos nuestras fotos, ya teníamos una copia impresa y unos negativos. Ahora nuestras fotos son unos y ceros en una tarjeta de memoria o en un disco duro que pueden perderse con facilidad por una avería. Debemos acostumbrarnos a realizar respaldos de seguridad de nuestras fotos con frecuencia y mantener al menos dos copias en discos duros diferentes. También se pueden aprovechar los servicios de almacenamiento en la nube para tenerlas a buen recaudo.

5. Pensar que el posprocesado lo arreglará todo

El posprocesado puede arreglar algunas cosas, es cierto, pero lo que no puede hacer son milagros. Si haces una mala foto, no podrás salvarla después con Lightroom o con Photoshop. Además, es algo que requiere un tiempo y un trabajo. Debemos acostumbrarnos a intentar que todo esté tan perfecto como sea posible en el momento de hacer la foto y no confiar en tener que arreglarlo después.

6. Usar sólo el modo Automático o Programa

Te has comprado una cámara que tiene controles manuales. ¿Por qué insistes en usar únicamente modos automáticos? A veces viene muy bien tenerlos, pero no como norma general. Al principio, si no tienes experiencia, los modos más complejos pueden suponer un reto, pero todo se arregla con práctica. El modo manual te permite aprender a dominar los factores que influyen en la exposición y a entender cómo funciona realmente tu cámara.

7. Compartir todas tus imágenes

Esto es muy habitual en aficionados que están empezando, pero generalmente se pasa con el tiempo. No debemos compartir absolutamente todas las fotos que hacemos. Debemos ser críticos con nuestro propio trabajo y enseñar únicamente aquellas fotografías que tienen algo especial. De esa forma conseguiremos tener un portfolio de calidad. Aunque no tengamos intención de ser profesionales, seguro que queremos que nuestra galería de fotos tenga la mayor calidad posible.

8. No llevar tarjetas y baterías de repuesto

¿Nunca os ha pasado eso de salir de casa con la cámara y al ir a hacer una foto daros cuenta de que la batería se está acabando o que sacamos la tarjeta de memoria y se nos olvidó meterla de nuevo? Cada vez es más barato comprar tarjetas de memoria y baterías y, además, son accesorios que no ocupan mucho espacio. Tenemos que acostumbrarnos a llevar siempre de repuesto porque no podemos hacer fotos sin ellos. Laura Alpizar, la autora del post de Photodoto nos recomienda también adquirir el hábito de llevar un flash.

9. No disparar nunca en RAW

Sobre esto se han escrito ríos de tinta. La gran ventaja de una cámara avanzada, más allá de la mayor calidad o de los modos manuales, es el poder disparar en RAW. Las posibilidades que ofrece este formato respecto al JPEG, son infinitas. Como os he explicado en otras ocasiones, este formato captura la imagen tal cual, sin que nuestra cámara la procese. Contienen mucha más información y permitensolucionar fácilmente algunos errores comunes, como las luces demasiado altas, las sombras demasiado oscuras, el balance de blancos… Probadlo y no podréis dejar de usarlo.

10. No aprender a “leer” la luz

La luz es la materia prima con la que se trabaja en fotografía y cualquier aficionado a la fotografía debe entender cómo funciona la luz y cómo influye en la captura de imágenes. Alpizar no se refiere únicamente a la luz natural o a la que haya en el entorno, sino también a la luz que nosotros podemos controlar, la de los flashes.

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