Para aquellos que confían en una reencarnación, posiblemente Rui Palha será la de Cartier Bresson. Yo más bien observo las fotografías de este hombre y comprendo una evolución del trabajo de los clásicos, el paso siguiente que habrían dado aquellos franceses que nos enamoraron de sus imágenes, de sus instantes decisivos.
Alguien lo llamó alguna vez “el fotógrafo de la lluvia” y, sin duda, tiene con ella un auténtico romance. Esa manera de tratar los días en los que la mayor parte de los fotógrafos enfundan sus cámaras, me hace descubrir al romántico y reflexivo hombre que espera y disfruta de una pasión. Lluvia, paciencia, Lisboa, sólo pueden regalarnos imágenes que siempre estarán en nosotros, de las que un buen día ves en cualquier galería y sabes que ha sido él quién la hizo, sin tener que ver el cartel que nos dice quién es el autor.