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El gran músico y fotógrafo aficionado Lou Reed nos ha dejado.

Hoy ha muerto el gran Lou Reed, fundador de la Velvet Underground, uno de los grupos de música de la historia. Como a tantos artistas le encantaba ir con la cámara a cuestas durante sus giras y en su tiempo libre. Su afición que comenzó en los setenta, estaba influida, según  el mismo reconocía, por Andy Warhol, Billy Linich y Wim Wenders.


Hace justo un año vino a España, suspendió un concierto como protesta por la situación económica y política de este país y expuso 32 fotografías en el Matadero, conocido centro cultural madrileño. La rueda de prensa fue extraña y tormentosa, como todo lo que tenía que ver con su forma de ser. Empezó tres cuartos de hora tarde y cuando empezó, la paró 20 minutos porque quería que los periodistas se fijaran bien en su trabajo fotográfico. No creo que semejante comportamiento se le hubiera tolerado a cualquier artista de la tierra. Pero él era Lou Reed, autor de temas como Walk on the Wild Side o A perfect day …
Fue muy curioso que cuando terminó la rueda de prensa y empezaron las entrevistas, todas cortas, sin sustancia y con una actitud distante y cortante, lo único que le interesaba a Lou Reed era hablar con el fotógrafo que acompañaba a cada periodista para conseguir todo tipo de información técnica: la obturación, los diafragmas y una serie de temas que parecen más propios de un aficionado que de un fotógrafo que ha podido exponer en medio mundo. Según dicen, uno de los más grandes músicos que podemos escuchar, no tenía reparos en reconocer que no era más que un alumno de la fotografía. Él tenía la suerte de poder escuchar y preguntar a cualquiera de los grandes, que se morían por tener una charla con uno de los músicos más influyentes de la historia.
Parece mentira, que uno de los grandes revolucionarios por sus canciones, sus actuaciones y su actitud punk, rechazara y víera con malos ojos la filosofía de la fotografía digital. No entendía que alguien pudiera disparar 200 veces para elegir sólo una imagen. Y presumía de que en sus disparos no había Photoshop. Le gustaba la nueva tecnología, pero renegaba de su mal uso.
Muchas de sus imágenes versan sobre Nueva York, pero también sobre el paisaje de las ciudades que visitaba tras los conciertos. En una ocasión llegó a jugar con la fotografía infrarroja, pero siempre volvía al color y al blanco y negro. No se puede decir que fuera un gran fotógrafo, ni que sus fotografías reflejaran el mundo duro, cruel y retorcido de sus canciones y forma de ser. No parecen estar hechas por un tipo duro.
Hoy ya sólo nos queda su inolvidable música y sus personales fotografías. Descanse en paz.

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